La actividad física es uno de los pilares básicos para una vida saludable, acompañada por una alimentación óptima. A pesar de que debería ser una prioridad para la mayoría de los seres humanos, las estadísticas actuales indican que la actividad física insuficiente es uno de los principales factores para la mortalidad global y está aumentando en muchos países. Realizar actividad física regular y adecuada, desde una simple caminata al aire libre hasta una actividad de alto rendimiento, puede reducir el riesgo de muchas enfermedades y trastornos no transmisibles, como hipertensión, enfermedad coronaria, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de mama y colon, y depresión. Además de mejorar la salud ósea y funcional, la actividad física ayuda a disminuir el peso corporal y prevenir el sobrepeso. Las personas más activas pueden ser más productivas en todas las áreas de su vida, incluyendo el trabajo.
Para reducir los riesgos a la salud y la carga económica para las poblaciones, la promoción de la actividad física se ha convertido en una prioridad tanto regional como mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada cuatro adultos (1.400 millones de personas en el mundo) no realiza los 150 minutos de actividad física de moderada intensidad recomendados. A nivel mundial, las mujeres son menos activas (32%) que los hombres (23%), y la actividad física se reduce con la edad en la mayoría de los países.
Algunos de los beneficios importantes de la actividad física son:
- Mejora la salud del corazón, el cuerpo y la mente.
- Ayuda a prevenir y gestionar enfermedades no transmisibles como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes.
- Reduce los síntomas de depresión y ansiedad.
- Mejora las habilidades de pensamiento, aprendizaje y juicio.
- Asegura un crecimiento y desarrollo saludables en los jóvenes.
Se estima que hasta 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa.